Más allá de los números, las estrategias y las proyecciones, existe otro plano en el mundo de los negocios. En este paralelo regido por corazonadas y emociones, los modales actúan como condicionantes de los acuerdos. Allí, los detalles se potencian y gestos como el saludo adquieren la relevancia de las cifras en el papel.Expertos en protocolo capacitan a empresarios para evitar errores que entorpezcan acuerdos. Con capacitaciones personalizadas, buscan mejorar las relaciones en torno de sutilezas de imagen y cortesía. Las clases cuestan entre $ 400 y 600 por hora, en cursos de hasta diez horas, adaptables a la grilla del ejecutivo.La puntualidad es el primer destacado. "En la Argentina es uno de los errores más frecuentes. Incluso, pareciera que es mejor hacer esperar al otro. Ser puntual es uno de los elementos que acompañan a lo sustancial y mejoran la performance en la gestión del negocio", dice Antonio Di Génova, experto en ceremonial.Entre los condicionantes de la primera impresión también está el saludo.replica watches uk Según Eugenia De Chikoff, reconocida en el ámbito de los buenos modales, si se trata de occidentales, el anfitrión es quien debe extender la diestra y estrecharla mirando a los ojos, sin sacudir el brazo ni tomar posesión de la mano. En cambio, amplía Di Génova, un oriental puede interpretar esa mirada como un desafío. "Conviene hacer una leve inclinación y bajar la vista", aconseja.De Chikoff se detiene en el aspecto del ejecutivo como fuente de confianza: "Prolijo y con buen aroma; traje recto por la mañana, cruzado por la tarde, y zapatos lustrosos". Para la mujer, resume: "Elegancia y sobriedad, con falda debajo de la rodilla, sin escotes ni tacos demasiado altos".Respecto de la recepción del invitado, ponerse de pie es el punto en común. Hay quienes sostienen que el alto ejecutivo sólo debe llegar hasta la puerta de la sala; otros, proponen dar la bienvenida en el umbral de la empresa y acompañar hasta la salida, como en el propio hogar. Y siempre, afirman, ofrecer el asiento a su derecha o la cabecera opuesta en una mesa de trabajo, donde los empresarios se igualan.En cuanto a la ambientación, Néstor Montero, presidente del Instituto Argentino de Ceremonial (Inarce) pone énfasis en la inclusión de la bandera nacional y la del visitante. "También se muestra respeto por el otro dejando de lado la soberbia de pretender que se amolden a uno, y prepararse para el encuentro, conociendo la idiosincrasia de la persona, el cargo, la trayectoria", entre otras precisiones, recomienda Montero.La impronta local debe estar en las comidas y en el presente que se entrega. "El regalo no debe ser ni muy personal ni muy caro para que no se tome como presión", dice Edith Cortelezzi, referente del protocolo ejecutivo, que aconseja no tocar temas de religión, política o críticas al país del visitante en conversaciones ajenas al negocio. El contacto virtual, añade la experta,replicas relojes no escapa al protocolo: las normas de "netiquette" rigen la formalidad ejecutiva.
Domingo 05 de Agosto de 2012 | Publicado en edición impresaPor Luján Scarpinelli | LA NACION
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